"Mi situación es difícil, apenas entran ingresos económicos
en casa, tengo serias dificultades para pagar la hipoteca, mi mujer también
está desempleada desde hace más de un año, y aunque ella cobra una ayuda nuestra situación es
bastante complicada. Tenemos dos hijos y en varias ocasiones hemos tenido que
decidir entre darles de comer o seguir pagando el piso. Al final, seguro que
acabaremos perdiéndolo.
Necesito trabajar, en lo que sea, me da igual trabajar en lo
que sea, pero necesito un trabajo que me haga salir de esta situación. Llevo
desempleado desde hace más de 2 años, desde que empezó la crisis en la
construcción nada ha sido igual que antes. En los primeros meses, comencé a mostrarme
muy irritable en casa, tenía insomnio, angustia al pensar en el futuro, pero
creía que era capaz de controlar la situación, aún disponía de los ingresos de
mi prestación por desempleo, pero el tiempo pasa rápido y después de un año
todo seguía igual. Entonces empezaron a entrarme sentimientos de culpa, yo era
culpable de no estar sacando adelante a mi familia, de no saber salir de esta
maldita situación y la frustración me invadía día tras día. Últimamente, mi
ánimo se ha vuelto más depresivo, soy una persona más triste, muy
frecuentemente pienso que soy una persona fracasada, que valgo menos que nadie
y estoy a punto de perder la esperanza.
Que, ¿cómo estoy ahora? Ahora ya apenas busco trabajo, ¿para qué? Si no
lo hay y si lo hay yo no lo voy a encontrar. La cosa está muy mal y yo ya me he
resignado a la idea de que soy un desempleado".
Este monólogo ficticio, y que lamentablemente se repite cada
día más en nuestro país, nos muestra las
emociones predominantes en personas que se encuentran en una situación de
desempleo de larga duración. Pero cualquier situación en la vida, por más difícil
que sea, se puede abordar, siempre que
estemos dispuesto a salir de nuestra zona de comodidad personal, buscando
nuevos retos. A través del coaching y de la orientación profesional, esta
persona puede tomar conciencia de su propio estado emocional y mediante el
autoconocimiento no centrarse solo en sus sombras, sino sacar de sí su luz, sus
puntos fuertes y darse permiso para desarrollarlos. Otra perspectiva a abordar
sería la gestión de sus emociones, de tal forma, que supongan un motor de
arranque que le permita proponerse un plan de acción para conseguir su objetivo
y para afrontar de una forma positiva su situación de desempleo.
En el abordaje como coach, sería imprescindible trabajar el
nivel de identidad de la persona, para que vuelva a sentirse reconocido y
valorado, para que reconozca que él tiene un valor por lo que es y no solo por
lo que hace. Para que deje de identificar su yo, con el yo desempleado. También
sería necesario abordar el nivel de las creencias, las que hace conscientes y
las inconscientes. Estos dos enfoques, con seguridad, van a poner en marcha
otra serie de estrategias de actuación, ya que al abrir sus creencias y sus
niveles mas profundos del yo, se van a producir una serie de cambios en su
forma de actuar y con el apoyo de la orientación profesional mediante el
entrenamiento de habilidades, competencias y técnicas de búsqueda de empleo y tal vez unido a la formación en una nueva Cualificación,
consiga su objetivo profesional y resolver su situación personal.